viernes, 23 de julio de 2010

Haciendo 'istoria'

Domingo. 11 de Julio de 2010. Ocho y media de la tarde.

Un país entero - dos, realmente - se paraliza delante del televisor. El tubo catódico - ahora, plasmático - nos tiene agarrados por las pelotas. No se escapan del embrujo ni los que, como yo, vemos el fútbol con indiferencia. Comienza el España - Holanda. En juego... no sabría decirlo. Para empezar, una copa de oro. Que después se queda la FIFA, cambiándola por otra de chapa. Y para terminar... ¿honor? ¿el ver al otro ''humillado''? El tiempo avanza. Pasan las diez de la noche y la pelota baila de lado a lado de un prado de césped artificial. Se pegan, se echan al suelo, se escupen, se ponen a caer del burro... y la pelota baila de lado a lado de un prado de césped artificial. 90 minutos y nada. La agonía se prolonga - para el que agonice. Un servidor se levanta del sofá y se pone algo de cenar. Yo mañana salgo a correr, como esto no acabe pronto me voy a la cama, mama. Lo digo como si me fuera a ir a dormir a las 11 o cosa así, sabiendo que en cuanto acabe de oscilar la pelota me iré a jugar a la consola hasta por lo menos la 1 (Pokemon volvió del pasado y me hizo un ataque mordedura-de-culo. Ahora tengo un pingüino al que le puse Emperador, una especie de gastrópodo al que puse Babas, un par de bichos con dedicatoria, uno para Kate Lennon - un Pichu - y otro para su amiga Raquel - un Wooper que cacé en un safari - y otros tantos... y no vean como me lo paso). Entre pitos y flautas, vuelven a jugar. Tras otro agónico (...) ratito, un chavalín de apellido Iniesta hace saltar de alegría a los españoles. La copa del mundo se viene a casa.

Estos son los hechos. Como no quiero prolongarme mucho (no porque tenga que irme de safari otra vez, sino porque tengo sueño y mañana, como siempre, ''madrugo'' para ir a correr) vamos a pasar directamente a las conclusiones.

PRIMERA: Una cosa que hace TAN feliz a TANTA gente no puede ser mala. Un entretenimiento en el cual no se hace daño a nadie y en el que se supone que se enseñan valores de competitividad sana (fair play) y a tener espíritu de superación, desde luego, no puede ser criticado así como así. Y lo mismo puede decirse del baloncesto - cuyo mundial se acerca - o de las olimpiadas, o de cualquier otro deporte, vaya. Dan una lección de vida, al menos en el campo de lo teórico, que no se puede despreciar.

SEGUNDA: Complementa a la primera. Cuando las cosas pasan del agrado al fanatismo, dejan de tener su gracia. Para muchos, el fútbol es poco menos que una religión. A uno de los que patean la pelota... o bueno, de los que la agarran, lo llaman San Iker. Y la pasada la vivimos como si de una Semana Santa un tanto pasada de rosca se tratase. Primero, procesión. Y ya quisiera Rouco Varela y su pandilla de curas que a la Virgen de la Almudena o a la del Rocío o a la del CD (lo digo por lo de los CD vírgenes, chiste malo) la siguiese tantísima gente. Después, exposición de la reliquia al público. Y ya quisiera Rouco Varela y su pandilla de curas que pasase tanta gente a besarle los pies a una estatua de madera (e.g. Cristo de Medinaceli). Y ahora, sobeteo real por aquí. Y después, toqueteo presidencial por allá. Y para acabar, Espe, Gallardón, y todo el que se ponga a meterle mano a la chapa. Si yo fuera esa copa, ya me habría suicidado tirándome del atril donde la tienen puesta. Y como colofón, sermón a cargo del Santo Padre Pepe Reina. ¿Es que no había un puto bozal para ponerle a ese hombre en la boca? ¿De qué zoo se lo han dejado escapar? ¿Qué clase de fármaco potencialmente peligroso y extraído de sabe dios qué planta del Trópico de Capricornio se ha fumado? Gracias doy a Emperador y a Babas de haberme tenido entretenido durante el show, porque sino me corto las dos orejas yo y le corto el rabo a él. Me puso de muy mala hostia, que quieren que le diga...

Y claro, pasamos de una alegría agradable a un trastorno obsesivo-compulsivo-colectivo-nacional. Los chinos agotando su stock de banderas, los ayuntamientos preparando fondos para los destrozos, y todas las televisiones emitiendo en directo cómo un pulpo se comía un mejillón. Ya era surrealista y pesado, hasta para el que disfruta del fútbol (para que mi padre diga que ya estaba bien...). Ver los informativos de Cuatroº, la cadena que se nos atelecinca en breve, daba asco, pena y vergüenza. Cuanto lameculeo, si le presentan a Manolito Lama (aka el follamendigos) una ensalada de mierda depuesta por el combinado español al completo, se la come, se relame y chupa el plato hasta dejar a los señores de Fairy a la altura del betún.

TERCERO: Ni que hubieran descubierto una vacuna contra el SIDA o el remedio definitivo contra el cáncer. Ni que hubieran sacado adelante a doce hijos, sin trabajo y en tiempos de crisis. Ni que se hubieran sobrepuesto a un maltratador. Ni que hubieran salvado una vida. Ni que hubieran sido liberados tras un secuestro terrorista. Ni que hubieran superado una terrible depresión. El concepto de héroe se ha usado estos días muy a la ligera. ¡Aquí vienen los héroes del país! decían unos y otros la tarde del Lunes 12. Y si nos ponemos a pensar, lo único que han hecho es colar una pelota entre dos postes para que se estrelle contra una red. Vale, le han dado una alegría a muchos españoles, que se han olvidado por un día o dos de la crisis. Habrán cohesionado el Estado Español hasta el punto de que en el País Vasco y en Cataluña hubiera una explosión de trapos rojos y amarillos. Le habrán hecho el favor de su vida a ZP (por qué no habrá mundial a diario, dirá el pobre hombre), a Marrano Rajoy y al resto de ineficientes que nos gobiernan. Pero el ronrón tres días son. Y la gente ha vuelto a enfrentarse cara a cara con la crisis, los nacionalistas siguen dando la vara y los políticos siguen soltando bobadas e insultándose en el sitio que representa la democracia del país. Eso sí, esta gente se ha llevado un excelente sueldo y 100,000 € por cabeza adicionales. Y tres pedos para los parados. En conclusión: para mí un héroe es una persona que ha perdido a su familia en un accidente de tráfico y lucha con todas sus fuerzas para reponerse de tal golpe. Un héroe es el que tiene una enfermedad maligna y lo da todo por seguir viviendo. Una heroína, la mujer que lucha ferozmente por escapar de los golpes de un maltratador. O el grupo de científicos que se acerca un poquito más a un remedio contra las pandemias del siglo XXI. Y no un grupo de tíos que le dan pataditas a un balón, y menos si tienen la soberbia de uno de ellos - Piqué - que escupió como si fuera una llama andina a no se quién en el autobús de la procesión. Lo dicho, alegría permanente para ellos, pasajera para los demás.

CUARTO: TeleCirco convierte en mierda todo lo que toca. No veo mucho la tele - El Intermedio, Shin Chan, Bob Esponja, Los Simpson, Padre de Familia, a veces Sé lo que Hicisteis, Entre Fantasmas, Medium, Dinosaurios y poco más - pero odio este canal con todas mis ganas. Terminada la corrida, se ponen a autopromocionarse, en plan hemos dado suerte al deporte español, vednos. Como si el mundial fuera made-in-TeleCirco. Y luego les sale la jugada redonda: beso espontáneo - muy simpático, todo hay que decirlo, a fin de cuentas son personas como otras cualquiera... y si Casillas llevaba 4 semanas sin zumbarse a la novia... - entre portero y periodista. Son los reyes del morbo, y encima lo dicho, les salen las cosas sin pedirlas. Y no se cortaron: estuvieron barajando la exclusividad del vídeo de manera que le pagaran un pastizal otras cadenas por emitirlo. Hemos tragado - bueno, se habrán tragado - de todo: Sálvame especial mundial (sin duda, la gente que más sabe de Techi y Chochi y Puchi y la prima del que quedó sexto en el noveno GH es la que más sabe de fútbol), Belén esteban aka el loro harto de alpiste en la portada del Don Balón, Paco Gonzalez amordazado a una silla soltando bobadas para la web de Telecirco, el morbo de la Carbonero (robo a LaSexta + novia de casillas)... Asco, vergüenza, desprecio, tedio y vómito es lo que me produce este montón de mierda y todos sus programas, desde Mujeres y Hombres y BicepsBerzas (que decía una chica que conocí por Salamanca este año) hasta Gran Marrano. Si fuera presidente, los prohibía. De su página de autobombo y de crítica a otras cadenas (telemanía.es) ni hablamos ya...

En resumidas cuentas, me llamaréis bienquedista, pero yo prefiero llamarme aristoteliano: la única conclusión que saqué de su infumable (para mí que no entiendo de filosofía) Ética a Nicómaco fue que en el término medio está la virtud. Y vale, han ganado una competición internacional, y como compatriotas nuestros tenemos que alegrarnos. Pero de ahí a llamarles héroes, a ahogarse en piscinas por forzar unas vallas para celebrar la gesta en remojo,  o a interrumpir la programación de todas las cadenas nacionales para emitir el PulpoTarot...

Por suerte, life goes on...