martes, 12 de febrero de 2008

El punto quiere viajar a otros puntos del punto

Buenas noches - ante todo, eso. Hoy la cosa va de viajes, aunque el título no parezca demasiado sugerente. Siguiendo la línea de lo que verdaderamente somos, o eso es lo que opino, el título de la entrada de esta noche no hace más referencia a una persona - yo - que quiere viajar a otros lugares del mundo. Aunque como yo, seguro que son muchos los soñadores los que de vez en cuando, y aunque tengan los ojos abiertos, tienen la cabeza en el quinto pino. Y es que, amigos, no sólo existe la tierra que ahora pisas. Tu ciudad no es la mejor del mundo - probablemente ninguna lo sea, o que lo sean todas; todo depende de los ojos que miren y de cuánto esos ojos han visto: todo es relativo. Tu ciudad es solo un punto en un mapa que a su vez es solo un punto en el mapa del universo (¿que es sólo un punto en el mapa de universos?). En cualquier caso, y dejándonos de galimatías, quisiera expresarles ese deseo que yo y muchos llevamos dentro de cargar una maleta con cuatro cosas y acompañarnos de cuatro amigos cargados de respeto y cariño hacia tí, que a su vez carguen maletas con cuatro cosas y te lleven a ti como amigo cargado de cariño y respeto hacia ellos (perdon por reincidir en galimatías cuando prometí no volver a hacerlo) y largarnos juntos ellos y yo, yo y ellos, a perdernos por el mundo, como si fueramos por unos días Christopher Benjamin McCandless, para alejarnos de la sociedad que nos tiene absorbidos y que nos oprime con sus sutiles costumbres apaciguadoras del espíritu aventurero - quizás animal - que llevamos dentro.

Cada uno lleva dentro un pequeño mapa de lugares a los que le gustaría ir antes de pasar a mejor vida. Todos lo hemos pensado alguna vez: unos desean pisar Ibiza para mover los pies en la discoteca más famosa del mundo - Pachá la llaman - siendo en ocasiones su mayor - y superficial - deseo. Otros buscan marchar a Brasil para encontrar una nativa que les haga felices durante cinco minutos - o en femenino plural, otras buscarían viajar a cuba para encontrar un cubano con mas miembro viril que pierna. Lo mio, desgraciadamente, es más profundo y dificil de entender. A continuación les hago una lista de los lugares que me gustaría ver antes de pasar a mejor vida. Daré razones e intentaré hacer el destino atractivo para ustedes. O al menos, intentaré que reflexionen sobre las maravillas de alterar la posición espacial y alejarse de la realidad negra en la que vivimos aunque sea por unos días. Pónganse esta canción de Enya mientras leen; o si les resulta incómodo, escúchenla al final. Y naveguen lejos, aunque sólo sea de pensamiento. Comienza el viaje.





JAPÓN


El lugar que más me atrae. Siempre tuve curiosidad por viajar a este sitio. Japón es la más viva seña del mundo oriental, junto al gigante chino. Sin embargo, este país lleno de rarezas tanto naturales como humanas - véanse en youtube los concursos que protagonizan algunos japones, imagino que en franja horaria no protegida, en los cuales el fallar una pregunta significa que te van a poner el orificio anal de un señor en la naríz - es el que más ha asomado por nuestro querido y sobrestimado occidente: desde Bola de Dragón Z hasta Pokemon y Digimon, pasando por otras series como Naruto, Shin-chan, Marmalade boy, Yu-gi-oh y cientos de ellas en cuanto a televisión; Sonic the Hedgehog y otros clásicos como Alex Kidd y Wonderboy, propias de empresas como Sega - que no es la única, si hacemos referencia a Sony, Nintendo, Konami, Atari... - si hablamos de videojuegos; shushi, bolas de arroz y palillos japoneses (o chinos, los conocen como japanese fork) si nos referimos a la comida; y juguetes varios para los más pequeños que en su tiempo los de mi edad disfrutamos en mayor o menor medida, como el Tamagotchi. Y así nos tiraríamos días. Sin embargo, lo que me atrae de este país es el cómo combina modernidad con tradición. Como desde una ciudad tan cosmopolita como Tokio pasas a zonas de campo de gran conservadurismo. Las gentes conviven en el fondo de sus corazones con sus tradiciones sintoístas aunque el cristianismo y las fuertes tradiciones mas bien comerciales procedentes de occidente incidan cada vez más en este lugar, retirándole pureza. Los jardines zen dentro de edificios metálicos de gran envergadura simbolizan este cruce de edades en un mismo espacio y tiempo. A mi me gustaría sentir en primera linea esta característica: pasear un día por la metrópoli capital de Japón - Tokio - y deslumbrarme con todas sus luces y avances tecnológicos - no hay duda de que Japón es el país actual líder en maquinaria y tecnología punta - y al siguiente retroceder cientos de años en el tiempo sin moverme de la época presente y perderme por un campo de cerezos florecidos, de troncos retorcidos por el tiempo, tomando formas sinuosas que muestran toda la fuerza de la naturaleza. Visitar lugares como el templo del agua pura (Kiyomizu-dera) de Kioto y sentirme samurai pacífico por una tarde de primavera. Intentar comprender cómo piensa toda una cultura que me atrae. Enigmática en la vida y en la muerte. Curiosa a más no poder. Diferente. Es uno de mis destinos principales. Visitar Japón. Comprenderlo. Respirar el mismo aire de pureza y sueños que respirarían - si fueran reales - personajes como Miki y Yuu, de esa serie que ya he citado, Marmalade Boy, Pasear por unas calles igual de pintorescas y monomórficas como por las que trota Shin Chan durante sus travesuras. Sentarme a mirar el ancho Océano Pacífico desde las rocas mientras suena en mi cabeza Sumiregusa, también de Enya. Y volver a casa con la sensación de que, por unos días, he pertenecido a otro mundo. A otra realidad. Cipango, espérame.


INDONESIA


Todo y mucho. Indonesia es un archipiélago que sirve de puente entre asia y oceanía, compuesto por más de diecisietemil islas de las cuales una importante parte son completamente desconocidas en muchos aspectos. Son tan inhóspitas que el hombre jamás ha pisado. Quizás nos enseñasen esta típica escena de películas en plan Indiana Jones: dentro de una selva, un templo anciano espera la visita del hombre después de años en silencio. Civilizaciones muertas dejaron sus restos entre una naturaleza demasiado viva como para hacer accesible su visita.


De todas estas islas, la más poblada (¡¡114 millones de personas!!) es Java. En medio de su pura naturaleza se encuentra el templo de Borobudur, en Yogyakarta (en la foto), un lugar que deja tiempo para la reflexión acerca de cómo reflexionaban, valga la redundancia, las gentes que construyeron tan particular edificio desde el que Buda mira el paisaje, seguro sin aburrirse un segundo. Finalmente, hay que destacar el gran valor que tienen esas selvas inhóspitas de las que yo hablaba. En 2005, se habló de que eran poco menos que el Jardín del Edén, el lugar donde el mundo guarda sus pequeños tesoros. El cofre. Quizás algún día tenga la oportunidad de abrirlo, ya no como científico - mi campo no es la biología - sino a nivel personal.

PERÚ

Otro lugar que me interesa más por lo que hay en su naturaleza que por las ciudades grandes que allí existan. La cultura inca es un ejemplo de cultura precolombina que, por circunstancias de la historia acabó por desaparecer como tal, integrándose tanto a nivel poblacional como de reflexión y pensamiento en la impositiva España que les dió fin. Gentes que estuvieron en verdadera comunión con la naturaleza, viviendo también en lugares en principio poco recomendables como el impresionante Machu Pichu, perdieron para siempre su identidad, más o menos cuestionable según lo que se mire, para sumarse - o ser sumados, en este caso - a la vorágine histórica del ''mundo occidental''. No es que me hagan gracia los ritos sangrientos a los que todos estamos acostumbrados a ver en películas de mayor o menor acierto - ¿los incas también los llevaban a cabo, no? - pero tiene que ser interesante poder comprobar aunque sea, por unos días, lo que los ocupantes de este lugar escondido entre picos montañosos veían al mirar al horizonte. Pisar suelos de historia bajo cielos de futuro. Quizás esa es la magia del viajar.


Y esto es solo una muestra de lo que me gustaría ver por el mundo. Si algún día tengo tiempo, cosa que depende de los estudios de Farmacia, que me tienen colonizado, redactaré algunos más. Intentaré, como he hecho hoy, comunicar la necesidad de viajar que tengo, e incluso despertarla. Piensenlo. ¿No le gustaría romper con la realidad nefasta que nos rodea? Yo, si pudiera, lo haría.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola Dani! Hace mucho que no se de ti... supongo que serán los exámenes. A ver si te conectas algún día de estos y hablamos, ¿vale? Parece que tus dos últimas entradas son más interesantes, a mí me gusta especialmente la de Japón. Tú tranquilo que ya iremos algún día. Conozco una página que sé que te interesará, no se si tu ya la conocerás. Es kirainet.com. Es un blog que escribe un español que vive en Tokio y superinteresante. Además lo actualiza casi todos los días. ¡Besos y suerte con los exámenes!
María Jesús.