sábado, 24 de abril de 2010

Seamos Alicia


Todos los cuentos que nos contaban de pequeños dicen algo, solo que cuando nos los cuentan nuestro cerebro es también muy pequeño, y no capta nada más allá de una historia enrevesada, si acaso una moraleja demasiado clara. Tim Burton, desafortunadamente de la mano de la Disney de Hanna Montanah y Jonas Brothers, trae al presente el conocido relato de Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carrol, 1865), uno de los cuentos para mí más complicados que pude escuchar hace ya la tira. Dejando a un lado lo negativo - le han dado mucho vuelo al 3D a nivel publicitario para que luego no sea para tanto; la interpretación de algunos personajes, como la pastelosa Reina Blanca, se ha quedado corta... - la verdad es que la historia da que pensar.

El cuento nos lo sabemos todos: en la revisión de Burton, aparece Alicia hablando con su padre acerca de unas extrañas pesadillas que tiene noche sí, noche también. Años después, en el día de su fiesta de compromiso, la chica escapa de su destino - un marido con cara de bufo al que no conoce de nada - persiguiendo a un conejo blanco. Se cae por un hoyo y aterriza en su extraño sueño. Aterriza en su nueva realidad. Huyó de las posesivas manos que querían hacer con ella lo que se les antojase, para encontrarse en un páramo de libertad. O eso pensaba. El colorido y onírico mundo, donde los animales hablan y conviven como iguales con los seres humanos, está bajo el dominio de la Reina de Corazones, una auténtica hija de puta que prefiere ser odiada a ser amada. Que hace con la gente lo que le da la gana. Una cabezona en todos los sentidos, a la que ni siquiera sus más allegados la quieren por lo que es, sino por el poder que representa. Su hermana, la Reina Blanca, perdió la corona en un ataque súbito del Ejército Rojo, y anda ahora exiliada en un castillo donde el poder brillar por su ausencia. Alicia, en compañía del sombrerero loco, loco por la realidad a la que tiene que enfrentarse día sí, día también, tendrá que vencer a la descorazonada Reina de Corazones, más concretamente a su 'paladín' de compañía, el Galimatazo, el gatito que todos querríamos tener al pie del sofá (por si se tercia mandarlo a arrejuñar la cada del vecino si nos toca las narices). Eso si quiere recuperar lo que, realmente, es suyo. Su mundo.

Me recuerda mucho a mi. Y es que, aunque fantástica, la situación de Alicia es muy frecuente. Vivimos en un mundo donde familia y amigos pretenden hacer con nosotros lo que les da la gana. Manejarnos a voluntad, como maneja Jose Luís Moreno a sus muñecos metiendoles la mano por el ojete. Estamos rodeados de Reinas de Corazones que nos quieren mal, que nos piden hacer lo que es su voluntad, sin importar lo que quieren los demás. Que quieren mandar e imperar, y reírse de todo y de todos. Muchas de esas Reinas de nuestro mundo coinciden con la de Carrol en muchas cosas: están acomplejadas, se sienten solas y sin amor. Y en vez de luchar por el cariño de los demás, vierten todo su resentimiento sobre cualquiera que entallan, imprimen su odio en los cuerpos de los súbditos. Y lo mismo que Reinas, Reyes de Corazones, siempre dispuestos a utilizar a los demás para lograr sus objetivos, sin tenerlos en cuenta. Situación frecuente, sin duda (sólo hay que poner la tele para ver a unos cuantos Reyes y Reinas de Corazones balbuceando bobadas en los telediarios). Y ante ellas y ellos, seamos Alicia.

"Sí, Alicia. Estás loca, chiflada, majareta. Pero, ¿sabes qué? La gente así es la mejor que conozco ,,

Seamos el Sombrerero Loco. Luchemos contra la locura y el malestar que nos causan nuestras situaciones desagradables de cada día. No dejemos de buscar una salida, una idea, una artimaña para engañar a la Sangre Roja. Y, por supuesto, no perdamos nunca la sonrisa, el color y el ansia por vivir. No perdamos el valor de la amistad, pero de la amistad de la buena, no de la interesada. 

Seamos como el Gato de Cheshire. No cobardes, para huir en la adversidad (defecto que tenía el gatito, enfoquemoslo de otra manera). Seamos capaces de tomar decisiones arriesgadas, aunque ello suponga que, por décimas de segundo, nuestra propia cabeza esté en juego. Sepamos arriesgar, por nosotros y por los demás, siempre que merezca la pena ese prójimo al que ayudas. Sin miedo. Y que no nos importe dejar una situación desagradable en busca de otra mejor.



Seamos como los Gemelos Tweedle. Divirtámonos en compañía del que mejor nos entiende. Y también como Mallymkun la lirona, no perdamos la fuerza ni el arrojo para hacer lo que queramos, por grande que parezca el objetivo ante nuestra pequeñez. A fin de cuentas, nada es imposible si se cree en que puede hacerse. Seamos como el Conejo Blanco, siempre dispuestos a ayudar y a partirnos el lomo por los que nos quieren. Seamos como la Reina Blanca. Firmes, decididos, pacientes, esperanzados (cursis no, por favor. El brazo, mejor abajo y no en pose cortesana). Seamos como el Perrito de la Reina Roja, capaces de perdonar y de valorar la bondad de los demás. Capaces de cambiar de lado si comprobamos que ese en el que estamos no es el bueno. Seamos como la oruga, Absolum. No tengamos miedo a la metamorfosis, a madurar, a crecer como personas, a buscar nuevas experiencias. 

Y seamos Alicia. Soñadores. Dispuestos a pasar de la adolescencia a la madurez, aunque solo sea para que no nos toquen las pelotas. Capaces de resolver nuestras dudas en favor de lo bueno para uno y para los de uno. Que podamos sacar las fuerzas de hasta de debajo de las piedras para enfrentarnos al Galimatazo, para matarlo, para luchar por la felicidad propia y ajena. Que perdamos el miedo. Que sonriamos a la vida. Y que mandemos a las Reinas de Corazones, y a los lameculos como Ilosovic, la Sota de Corazones, al destierro de nuestro País de las Maravillas. Donde no podamos verlos más. Donde no nos den motivos para arrepentirnos de haberlos conocido. Donde merecen estar.

Hagamos, de nuestro mundo cotidiano, todo un País de las Maravillas. 

3 comentarios:

Kate Lennon dijo...

Qué bueno! Me he reído mucho con algunos de los comentarios que has añadido para darle un toque humorístico, pero la entrada me ha parecido muy profunda y muy emotiva. Tienes muchísima razón: es importante seguir estando locos y centrándonos en las cosas buenas de la vida.

Saludos! :D

Mammen Moon dijo...

Seamos Alicia.

Seamos alegres pese a las circunstancias. Seamos risueños aunque les moleste a los demás. Seamos valientes cuando así lo requiera la situación. Seamos libres para elegir lo que queremos.

Seamos Alicia.

PD: Gran entrada Comandante. En tamaño pero, sobre todo, en calidad :)

Unknown dijo...

Sobre lo que ha dicho Kate, poco más que añadir... bueno sí: hay que ponerle humor a todo, por serio que sea!!

Y sobre lo de Mamen sí que no hay más que añadir... bueno sí... me he vuelto a pasar un poco con el tamaño XD