sábado, 5 de febrero de 2011

Cum laude

Buenas noches.

Malamente veo las letras que estoy escribiendo. Tengo un sueño que me caigo de la silla. Y sin embargo estoy teóricamente tranquilo: esta será la primera noche en mucho tiempo en la que duerma sin que la música perrera que sale del radiodespertador me arranque de los brazos del señor Morfeo. Os prometo que no me acuerdo de cuándo fue la última vez que desperté cuando me lo pidió el cuerpo. Ni sábados. Ni domingos. Y es las (algunas) carreras no dejan mucho margen para ello. Hoy terminan para mí cerca de dos meses extenuantes. De esos en los que tu vida se resume en pocas líneas: te levantas, estudias, comes, estudias, meriendas, estudias, cenas, estudias, te acuestas. Y digo dos meses como si me hubiera estado pasando la chorra de mano a mano desde septiembre, y nada más lejos: trabajos con estrecha periodicidad (gracias, querida R. Pechugoni, por ponerme una de las notas más bajas de mi carrera después de haber currado como un puto esclavo semana sí, semana también para tus puñeteros seminarios), prácticas de laboratorio a horas en las que las calles no han sido puestas, excursiones estúpidas a depuradoras o cooperativas farmacéuticas, apuntes, seminarios, y toda la parafernalia cometiempos de la que nos rodeamos los universitarios. Toda una aventura, desde luego, que se hace insoportable si no te gusta lo que haces. Por suerte, a mi eso no me pasa: sería el colmo...

Yo será que me lo tomo muy en serio. Pero cuando me dicen que la vida del estudiante es la mejor... fíjense, que no termino de creérmelo. Claro, si para ti la vida universitaria es de todo menos universidad, pues lógico: te los tocas a dos manos a costa de tus padres o del Estado (que está como para que niñat@s se pasen el cuatrimestre enredando a sus expensas) y a vivir que son dos días. Y con esto no quiero decir que sea la cruz de las cruces, y es que tiene sus ventajas: estás rodeado de gente (buena y mala), tienes dos meses de vacaciones de verano, aprendes algo que te gusta, creces como persona... pero no por ello esto deja de ser un poco pesado a veces: si quieres una nota semidecente, las desconexiones son escasas o nulas, los domingos difunden con los lunes y los viernes con los sábados, las navidades pierden su sentido original, tienes la espada de Damocles día sí, día también, colgando sobre tu cabeza y amenazando con caer y decapitarte un buen suspenso... y todo ello sin cobrar un solo céntimo. Acaso una beca, para aliviar la carga del sufragante. Decir que esto es vida... según para quién, desde luego.

Yo será que soy muy optimista. Vamos, idóneo para un anuncio de coca-cola, con lo poquito que me gusta. Pero no quiero pensar que esta va a ser la mejor parte de mi vida... y que en año y medio (espero que en año y medio, porque empiezo a estar un poco hasta el núcleo putamen del asunto) todo lo que me queda es hacer un largo (o corto) y asqueroso camino hacia la muerte. Prefiero pensar que encontraré un buen trabajo (me pondré a investigar al respecto desde ya), que encontraré lugares nuevos donde, quién sabe, encontrar pareja. Que podré llegar a casa a X hora y hacer lo que me de la gana, y no convertir mi habitación en una prolongación de un aula. Que con mi puñetero dinero, poco o mucho, podré hacer más o menos lo que me de la gana, dejando a mis padres disfrutar del suyo sin meter yo la mano en el saco. Que podré hacer grandes cosas para el mundo sin la obligación de retener estupideces en la cabeza para soltarlas en un folio y dejar que se vayan por donde vinieron al cabo de pocas horas. En resumidas cuentas, quiero pensar que la mejor parte de mi vida, por no decir mi vida, empezará en ese entonces. Una aventura. Porque, a fin de cuentas, la universidad es la lanzadera para ese viaje espacial, poco más. Ahora bien, cada uno que piense lo que quiera, ¡estamos en un país libre! Como siempre, lo mío va en calidad de opinión.

Corto y cambio. No puedo más. Así os ahorráis la chapa...




2 comentarios:

Lady Nemo dijo...

Como era de esperar, aquí estoy yo para defender la vida universitaria. No negaré que tu carrera es muy difícil (y que, sí, tú te lo tomas todo demasiado en serio), pero piénsalo... ¿qué es lo peor que te puede pasar si no estudias lo suficiente o si cometes algún error ahora mismo? Suspender un examen... que luego siempre tienes oportunidad de recuperar en otra ocasión. El único perjudicado serías tú, y el daño es mínimo puesto que tiene fácil arreglo. Incluso has podido saltarte un examen y hacerlo en otra ocasión porque no te sentías preparado. En cambio, imagina cometer un error cuando estés trabajando... podría suponer un despido (lo cual traería serias consecuencias para ti y para quienes dependan de ti) o, en el peor de los casos, podrías crear un fármaco defectuoso que causara la muerte a mucha gente. Además, al estar trabajando no puedes saltarte el trabajo un día porque no te sientas capaz de ir (a no ser que estés gravemente enfermo o algo por el estilo). Creo que el estrés de los trabajos y exámenes es un pequeño precio que se paga por poder tener más libertad, tanto para aprender de los fallos como para disfrutar del tiempo.
Me gustaría también corregir que no todos los que decimos que la vida de estudiante es la mejor nos dedicamos simplemente a tocarnos los huevos a costa de los padres o del Estado. No negaré que yo tal vez no tenga que echarle tantas horas al máster como tú o a lo mejor no tuve que esforzarme tanto en la carrera (que sí tuve que esforzarme, pero quizás en dosis más pequeñas), pero tampoco puedo decir que no haya hecho nada. Además, que la vida del estudiante sea maravillosa no tiene nada que ver con ir de fiesta y emborracharse. Aprender es divertido, al igual que lo es conocer gente, tener una cierta independencia pero que aún haya alguien o algo para recoger los pedazos, por no hablar de esos dos/tres meses de vacaciones que ya nombraste, la oportunidad de experimentar y descubrir un montón de cosas nuevas... Cuántas oportunidades como ésa existen en la vida? Llámame pesimista, pero sea lo que sea lo que viene después, no puede ser mejor que esto. Tener tu propio dinero no compensa el pasar varias horas al día esclavizado y luego volver a casa sin energías para hacer lo que te gusta y, probablemente, con mil preocupaciones más a las que hay que atender.

Unknown dijo...

Es otra forma de verlo, desde luego!! No siempre podemos coincidir en todo n.n! De todos modos no creo que tu seas una de las que se toca los huevos (no eres de es@s para los que la vida universitaria es de todo menos universitaria... vamos, te has sacado una de las carreras mejor ocnsideradas de la ciudad en el tiempo justo y estás con un máster). Y lo dicho, son opiniones totalmente válidas... Yo es que en principio creo que voy a estar menos cansado después que ahora y que voy a tener más tiempo después que ahora... pero una vez más, son modelos de vida y miras de pensamiento diferentes, y cada uno lo ve de una manera, y no hay ni el más mínimo problema por ello. Como siempre, todo lo que espero que nos vaya bien a todos con nuestro modelo!!